“La razón impulsa a soportar con paciencia fatigas que odia, a perseguir el brillante oropel del trabajo que detesta e inclusive olvidar la muerte que le horroriza. Todo ello para evitar la pérdida de pequeñeces cuyo despojo le espantaría aún más.” Immanuel Kant.
Cuando alguien encuentra su camino, dice Paulo Coelho no puede tener miedo. “Tiene que tener el coraje suficiente para dar pasos errados. Las decepciones, las derrotas, el desánimo, son herramientas que Dios utiliza para mostrar el camino.” Para ser libres hay que asumir responsabilidades y tener la determinación de serlo, más aún si en esa tarea nos sentimos bien acompañados. Los venezolanos hemos encontrado el camino, nos asiste la razón, lo que nos falta es una buena compañía y un liderazgo unido que nos anime a recorrer el trayecto y lograr nuestro objetivo.
Debemos montar un frente común con todo el que se una en favor de la democracia y la libertad, deben abstenerse los que tienen rabo de paja, por que de lo que se trata es de transitar un camino ético, o como dijera Michael Foucault “lo que se requiere es una militancia que encare necesidades y problemas concretos sin aferrarse al poder porque lo importante es establecer la posibilidad de la resistencia.”. Debemos estar unidos por mucho tiempo porque la reconstrucción del país lo requiere, la restauración de la Patria así lo exige y porque la razón nos asiste, sólo que la fuerza, por ahora, sigue estando del lado de quienes no tienen la razón.
He venido sosteniendo que entre los demócratas el diálogo es una necesidad, pero con los tiranos, es una necedad. Tenemos que convencer a nuestros aliados que verdaderamente en la unión está la fuerza. Para ello tenemos que estar unidos previamente. Convencidos que hay que actuar con conciencia, con rectitud, porque la mala conciencia dice Sartre, “consiste en no hacerse cargo de las propias elecciones y actuar como si no se estuviese eligiendo nada.”
Estamos en favor de la democracia, la libertad y la defensa de los derechos humanos o del lado de quienes los mancillan y violan descaradamente?. La neutralidad, el desentenderse de la situación por mezquindad política, en nuestro caso y en cualquier momento, pone a quien así se comporte del lado del opresor, y el perdón, ya lo he escrito antes, no es absoluto, está reservado para aquellos que no saben lo que hacen, y en política no hay incautos ni cabe la ingenuidad, todos sabemos lo que hacemos y el pueblo sabe valorar las actitudes de los mezquinos y de los indiferentes. Venezuela no solo se ha convertido en un problema político, económico y social para la región, es un serio problema humanitario que pone a prueba nuestra condición de seres humanos y la conciencia de que lo somos.
La solidaridad entre los buenos es causa común con lo que más conviene a la nación y con el mantenimiento del entusiasmo para la lucha por un destino mejor. La unidad nacional no es una concesión graciosa de unos pocos que se creen ungidos por la verdad, por su verdad. La unidad es un clamor ante los ojos de Dios de todo un pueblo que desea vivir en paz y recobrar su libertad. La debida unidad es una exigencia y una necesidad de vida de los venezolanos. La soberbia es muy mala consejera y el desespero puede conducir a un mal desenlace a esta crisis que se prolonga vergonzosamente.
El pueblo venezolano y gran parte del mundo está esperando una reacción inteligente y una acción magnánima de nuestros líderes, un gesto unitario que nos convoque a todos a un acto heroico y definitorio para lograr el cese de la usurpación. Todos y cada uno creemos estar bien acompañados con millones de venezolanos y no consigo mismo.
Neuro J. Villalobos Rincón
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