“Creo que una democracia que pivota en la mentira no tiene futuro. Durante estos meses la mentira se ha institucionalizado. Se ha convertido en el hábitat natural. La verdad ha cotizado al alza. Creo que todo eso nos tiene que poner en alerta y nos obliga también a los periodistas a contar las cosas como son”, declaró el pasado 25 de diciembre de 2020, la editora de TVE, María Eizaguirre al diario El Mundo de España, quien refería a la política irresponsable dirigida a manejar la pandemia producida por el Covid 19 chino, del gobierno del presidente, Pedro Sánchez (PSOE) y su vicepresidente, Pablo Iglesia (Podemos).
En Venezuela, el 12 de enero de 2021 hubo una mentirosa “rendición de cuenta” porque las cifras y políticas instrumentadas por el régimen de Nicolás Maduro brillaron por su ausencia y solo refirió con frases retóricas, a un espejismo, digno de mentes sociópatas y ególatras, a un país productivo, con hospitales de primer mundo, políticas sanitarias efectivas, fantasiosas proyecciones de producción petrolera, venezolanos felices y satisfechos por sus óptimos niveles de vida, una dolarización de la economía planificada y no producto de la improvisación y la anarquía de una país que va por otro lado, una nación –según él- limitada por un bloqueo norteamericano que impide su pleno desarrollo. No asumió responsabilidades sobre desaciertos como el auge de la hiperinflación (más del 3000%), el auge de la pobreza extrema (79%) o el despilfarro de la bonanza petrolera.
En los últimos días, luego de cerrar el círculo de control formal del poder del Estado con la toma de la Asamblea Nacional, el régimen acentúo su represión allanando ONG´s: Azul Positivo–apoyo a pacientes con VIH-, Convite –medicinas y atención médica- , y Mi Convive –alimentación a 25 mil niños en 14 estados-, denunciaron los representes de la AN legítima, Humberto Prado y Miguel Pizarro. Igualmente atacaron a tres medios de comunicación: VPITV, Tal Cual y Panorama. Anteriormente lo habían hecho con Radio Fe y Alegría, Caraota Digital, El Pitazo y Efecto Cocuyo, estas últimas acusadas de recibir financiamiento para desestabilizar al régimen.
La educación universitaria también sufre la arremetida de los ángeles malos. Desde el inició de la pandemia en Venezuela, las distintas universidades han sufrido más de 231 ataques a sus sedes académicas, en un claro plan de intervención y destrucción. Según Genaro Mosquera (La intervención de las universidades, enero 16 de 2021) el plan del régimen es reorganizar el sistema institucional mediante un cambio en la oferta educativa bajo control total del régimen, aunado a una nueva Ley de Universidades para garantizar el vínculo con el supuesto modelo de producción socialista, acabando con los planes académicos actuales. “Un plan maquiavélico con una plataforma que va desde la educación básica hasta la universitaria, que responde a una destrucción progresiva”, argumentada –también- por el diputado AN, José Guerra (El enemigo de la Universidad venezolana 10-01-2020): Déficit presupuestario, mediocridad del ingreso estudiantil impuesto oficialmente, bloqueos de las elecciones que impiden las renovaciones de las gerencias académicas y la creación de universidades sin ningún criterio de calidad.
El 8 de enero, más de 300 funcionarios de los cuerpos de seguridad del régimen mataron a 23 personas en el sector La Vega de Caracas. El operativo contra las grandes bandas tiene como objetivo eliminar a sus antiguos aliados, armados por el chavismo desde 2002. Estos grupos delictivos suman miles de miembros y gobiernan grandes espacios de Venezuela, aupados inicialmente por Hugo Chávez y luego por Nicolás Maduro, ahora que limitan las intenciones totalitarias del régimen serán liquidados, ya que luego de la experiencia 2015 con las elecciones de la AN ganadas por la oposición, “el poder no se comparte”.
Ese trabajo de liquidación de las Faes sumó más de tres mil crímenes en 2019, señala la ONG Provea. Pero en el informe elaborado entre el 19 y 21 de junio de 2019 por la Alta Comisionada de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet (www.ohchr.org 4-7-2019), los propósitos de Maduro van más allá, advierte que existe una “estrategia “orientada a neutralizar, reprimir y criminalizar a la oposición política y a quienes critican al Gobierno”. La ex mandataria constató la violación de los derechos humanos de cientos de opositores y la crisis humanitaria nacional.
Es un proceso de dotación de armas, dice la periodista Sebastiana Barráez (Infobae 15-01-2021) que se inicia en 2002, al que debe sumarse el armamento que está perdido, extraviado o ha sido robado de las instalaciones militares. Para el 2019 ese número era de 228.294 armas y municiones que pararon en grupos delictivos e irregulares, según una denuncia que hizo ante el Ministerio Público, el coordinador general de Fundaredes, Javier Tarazona.
Es una política de exterminio aupada por el chavismo contra delincuentes y los opositores a sus planes dictatoriales. Marino Alvarado, coordinador de Provea, dijo a Barráez que “la Policía Nacional Bolivariana a través de su cuerpo élite FAES y el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, son los organismos de seguridad responsables de la mayor cantidad de violaciones”.
El 22 de marzo de 2014, Ricardo Hausmann en Los ángeles malos de Venezuela (El Tiempo) citó la obra ‘The Better Angels of Our Nature’ (Los mejores ángeles de nuestra naturaleza) de Steven Pinker, destacando la reducción de la violencia en el mundo, producto del avance de la sociedad y el monopolio del Estado de la justicia y el uso de la fuerza, la influencia de la ilustración y el humanismo: “Según él, los seres humanos poseen ángeles (o pasiones) buenos y malos, y los buenos han ido imponiéndose”. Pero irónicamente en el caso local no. Durante los primeros 15 años de chavismo, las cifras de muertes violentas pasaron de 19 a 79 por cada 100 mil.
Ya en ese entonces, decía Hausmann, los colectivos dominaban grandes sectores de Caracas –por ejemplo-, y atacaban las manifestaciones opositoras apoyados por el gobierno. Las instituciones judiciales y controladoras, y la prensa pasan a ser bienes de los cuales es necesario apropiarse para emplearlos en la lucha de clases. En consecuencia, se aplica la ley solamente a los oponentes políticos, se borra la línea divisoria entre partido y Estado en cuanto al presupuesto, y se trata con dureza a quienes entregan malas noticias. Pinker acertadamente citó a Voltaire: “Quienes logran que se crea en absurdos también logran que se cometan atrocidades”. Las predicciones se hicieron realidad, los “ángeles buenos” se fueron de Venezuela y dejaron gobernantes insensibles, sociópatas, corruptos y mentirosos.
@hdelgado10