Henry Bermúdez: “EEUU se ha convertido en mi primera patria”

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Fotografía de Mónica Herndon

Por Dámaso Jiménez

Henry Bermúdez ya era un artista consagrado con un currículum extenso de importantes exposiciones individuales y colectivas alrededor del mundo, con una producción importante de obras desde Caracas como centro de operaciones, cuando lo dejó todo para comenzar de nuevo otra vida como migrante en los EEUU hace 17 años, un 22 de octubre.

El artista de los personajes mitológicos retratados entre el follaje de la tinta china y cultor apasionado del dibujo, fue integrante de la llamada “Escuela de Maracaibo” junto a Carmelo Niño y Ángel Peña, desde mucho antes de que fueran seleccionados en 1986 para representar a Venezuela en la XLII Bienal de Venecia en Italia. Egresó de la escuela de Artes Plasticas Julio Arraga en 1970, pero inmediatamente recibió una beca para la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado en México, hizo estudios en Roma y en la Art Students League de Nueva York.

En 2003 llega a Miami, pero desde el 2004 reside en Filadelfia, donde ha realizado una interesante hoja de ruta en museos y galerías en EEUU, pero también en países como Francia, Italia, Costa Rica, México y Colombia.

Como todo migrante tuvo una vida de trabajo dura en sus inicios, pero poco a poco logró destacar como muralista, curador y profesor de arte en la Fleicher Art Memorial y en el Career Academy Development Institute. Es codirector de House Gallery1816 donde mantiene un estudio activo. En enero próximo cumple 70 años.

Bermúdez refiere que su obra en EEUU es considerada americana de origen venezolano, pero se considera un venezolano de arraigo maracucho.

  • ¿Has viajado por muchos países representando la plástica venezolana,  por qué decidiste quedarte en Filadelfia cuando aún el país no se encontraba devastado como ahora?
  • Muy buena pregunta, te la contestare contándote parte de mi carrera artística. Cada vez que viajaba tenía presente el regreso a mi país, el gran país que todos amamos. Venezuela me dio todo el apoyo cultural y el soporte económico para desarrollarme y crecer tanto a nivel nacional como internacional.  Me residencie en México con mi familia, la escultora Irma Parra y mis dos hijos, Camilo y Douglas en los años 70 para estudiar la cultura azteca y la litografía, lo cual ha influenciado y enriquecido mi obra de manera determinante hasta el presente. En 1980 visito New York por primera vez para presenciar la apoteósica exposición de 1000 obras de Picasso, al año siguiente regreso a New York para instalarme con mi familia con una beca de Fundarte por un año, que logré alargar a dos gracias a las ventas de mis obras. Estudie grabado en la famosísima escuela de artes “Art Student Leage”. Allí  aprendí a ser verdaderamente ambicioso, mis formatos crecieron, nació mi deseo de competir y buscar un espacio en el mercado  internacional del arte, entendí lo importante de ser un artista internacional. Irma también estudio escultura en la misma escuela. En 1983 me invitan a ser parte de la  representación de Venezuela en la Bienal de Venecia con otro dos artistas maracuchos, Carmelo Nino y Ángel Peña, pero nuestra participación se pospone por múltiples razones, pero se concretiza  en 1986. Me instale en Roma con mi familia  para pintar las obras con las que participaría en la Bienal. Allí logro realizar un contacto muy importante con una de los más importantes centros de arte, la Galeria Rondanini, que se convierte en mi representante y me invita a realizar una individual. En Roma mi obra crece a otras dimensiones, influenciado por mis estudios del la técnica del Renacimiento Italiano. Después de la Bienal regreso a Maracaibo con mi familia. En 1996 vivía con mi familia en un Pent House de la calle Orinoco en las Mercedes. En 1998 llega Chávez a la presidencia y todo comenzó a deteriorarse. Para el año 2003 mi situación económica y artística se había deteriorado tanto, que las precariedades no me permitieron pagar más ni el condominio del edificio, casi por un año, por lo cual recibí amenazas de embargo de parte de la directiva del condominio. Es allí  cuando decido venir a Miami a experimentar con la suerte, esto por un periodo corto de tiempo, suficiente para alquilar el apartamento y pagar el condominio hasta que se resolviera la situación en Venezuela, lo que no ocurrió y se me hizo imposible regresar. Filadelfia me permitió continuar el desarrollo de mi trabajo.
  • ¿Cómo tomaste la incertidumbre propia de la migración?
  • Con mucha calma. Sabía que lo lograría más temprano que tarde. Me vine a Filadelfia con la ayuda de un amigo artista americano. Hice todo tipo de trabajo duro hasta que se me fueron abriendo las puertas, pinté muchísimo y saqué lo mejor de mí. El mundo artístico de Filadelfia me ha retribuido enormemente en reconocimiento.
  • ¿Ha tenido EEUU alguna influencia en tu trabajo actual? 
  • Si claro, mi obra hoy en día está inspirada en parte por la cultura americana Tomo de sus valores y antivalores, de sus mitos y leyendas, que mezclo con todo el bagaje cultural que he acumulado en mi vida. Muchas veces soy muy crítico de lo que considero lo negativo de esta cultura y no lo hago desde un punto de vista del forastero, esas críticas las  hago como ciudadano y como artista. He realizado  una serie de obras donde critico y toco aspectos como la migración, el racismo, etc. Invito a ver una serie que denominé “El mito americano”, donde reflexiono sobre lo que veo del sueño americano. Estas obras pueden encontrarla en mi pagina web: www.henrybermudezart.com.   Yo tengo la nacionalidad americana y he sido adoptado por este país.  Hoy puedo decir que EEUU se ha convertido en mi primera patria. 21 años de saqueo y destrucción han desdibujado la Venezuela que conocí y en la que me crié como hombre y como artista. Ese país al que pertenezco solo existe en mi imaginación y en mi memoria, pero no en la realidad.
  • ¿Cómo definirías tu actual trabajo?
  • Es una pregunta muy difícil de contestar para mí. Solo puedo decirte que mi obra tiene un carácter mitológico, también interpreto los mitos del presente. Uso la mitología como un elemento cultural que me permite ir al pasado y analizar de dónde venimos y cuanto de ello aun conservamos. También analizo la realidad cultural actual a través de la interpretación de las mitologías contemporáneas vistas en contexto.
  • ¿Qué extrañas con tanto ímpetu de la Maracaibo de tu memoria?
  • Extraño a mi familia y a mis amigos. Aquella ciudad por la que podías caminar a cualquier hora, sin miedo a que te asaltaran, mataran o secuestraran.
  • ¿Qué dejó la escuela de Maracaibo que integraste con Carmelo Niño, Ángel Peña y Ender Cepeda?
  • La escuela de arte maracucha, como mejor se le conoce, nació como una respuesta a la confrontación que existía entonces entre las dos tendencias que se impusieron en el arte venezolano desde Caracas, convertidas en  las únicas opciones  validas para cualquier artista del país que venía de la provincia. Para tener cabida en algún circuito de arte en Caracas tenias que asumir una de las dos tendencias: La nueva Figuración, donde militaban artistas como Jacobo Borges, Régulo Pérez, Alirio Rodríguez y Alirio Palacios; ó El Neo plasticismo, la geometría y el cinetismo, donde destacaban artistas como Jesús Soto, Carlos Cruz Diez, Juvenal Ravelo, entre otros. La escuela maracucha de la época irrumpió con una visión diferente, fresca, más realista en relación al artista y su medio, era algo único para la época. Hasta hoy en día este fenómeno no se ha venido estudiando en profundidad, tal vez porque siempre fue considerado marginal y provincial por las élites internacionalistas del arte en Caracas.
  • ¿Cómo ha afectado el Covid19 el trabajo en los artistas y los museos? ¿Están obligados a reinventar el negocio del arte?
  • Hay mucha incertidumbre. Esta pandemia ha durado más de lo que todos esperábamos. Siempre creímos  que en un mes, máximo dos, todo regresaría a la normalidad, pero no fue así. Todo está paralizado, apenas hay algunas galerías que están abriendo las puertas con muchas precauciones. No sabemos qué va a pasar. Por ejemplo, una de las mejores galerías aquí en Filadelfia, se comunicó conmigo en marzo, después de mi gran exposición en El Taller Puertorriqueño, hablamos de un contrato de exclusividad. Querían llevar mis obras a La Feria de Chicago en noviembre, pero todo continúa cerrado, nadie contesta ni un email, es una verdadera lástima.
  • Una vez que pase esta pandemia tienes previsto mostrar tus trabajos en la China. ¿Qué tienes preparado para exponer en el Palacio de Arte de Kunshan en la provincia de Jiang?
  • Bueno yo estoy listo, tengo obras suficientes. Creo que esa será la gran oportunidad de mi vida. En estos momentos estoy participando en una muestra internacional en ese mismo museo, organizada por la Fundación cultural Franco–China, en la que participan como 100 artistas de todo el mundo. Ellos seleccionaron un pequeño grupo para darles un reconocimiento, el cual consiste en una exposición individual el próximo año, además de un mes de estadía con todos los gatos incluidos. Los artistas deben en compensación dictar unos talleres en las escuelas de artes de la provincia de Jiang. Estoy muy contento por este premio. Estoy en comunicación con el curador de la muestra que es también el curador principal del Museo. Se muestran muy entusiasmados con mi obra. Hemos conversado sobre la posibilidad de publicar un libro que ya está en preparación, escrito por el curador venezolano Jorge Luis Gutiérrez, para acompañar la exposición. Ya veremos.

@damasojimenez