MCM asomó su posición luego de la salida de la reunión con Guaidó. A estas alturas rechaza mezclarse con ese extraño elemento llamado la «unidad». Carta y discurso estaban preparados para desmarcarse, su postura es generalizada, pero su intención es poco clara.
Nadie niega que luego de 17 meses existe una frustración por la ineptitud del interinato en su intento de sacar el cartel de Maduro, pero la dictadura nunca dió respiro. Después de sendos errores el 30A y con la operación Gedeóm, Maduro logró convertir en tóxico todo lo que tocara Guaidó, gabinete, asesores, gobierno de transición, no hubo necesidad de ponerlo tras las rejas, habría sido una bombona de oxigeno, su celda fue la soledad del corredor de fondo. La dictadura lo fue minando, ya lo había hecho con Capriles, Leopoldo, Rosales, es el mismo modus operandi de lijar la credibilidad y la reputación fe sus líderes entre los suyos, el tiempo y el dinero son factores fulminantes para lograrlo, lo tienen, también la maquinaria, es una acción que data desde los Frijolitos.
El barco se hundirá en poco más de 100 dias, nadie tiene una estrategia para evitarlo, MCM no la mostró, solo escuchamos quejas en medio de su salida. 15 minutos de fama, de luces, de atención, que no nos llevarán a ninguna parte. No es la primera vez.
En Venezuela a nadie les gustan los perdedores, todos quieren anotarse a ganador. Cada liderazgo dura un enamoramiento fugaz hasta que le encuentren la falla, después le sonrien a otro, así son las cosas desde Pérez Jiménez hasta nuestros dias. Es bueno recordar que liderazgos hay muchos, pero después de esta derrota moral que se avecina, dificil será levantar un nuevo proyecto.
Mientras tanto el chavismo se prepara para hacer cambios, ellos solos, todo dentro de su universo. Puede que a Maduro le salga una oposición que mute desde su entorno, no le importa, tendrá la mayoría de un nuevo parlamento que lo defienda. ¿IIegítimo? ¿Ilegal? ¿Corrupto? Son las exequias del Estado democrático.
@damasojimenez