Ángel Lombardi Boscán: Maracaibo, tres fundaciones

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                Lo primero es remarcar que el pasado sólo cobra sentido si lo analizamos desde una historia de «Larga Duración» concepto este braudeliano. El pasado es una atmósfera viva que se materializa en todos los presentes. La utilidad o inutilidad del pasado se enfrenta a un combate vivo de opiniones y debates teóricos respecto a su pertinencia como «Maestra de Vida» (Cicerón) o como mentira encuadernada. Lo cierto del caso es que la historia sólo tiene sentido si sirve a los hombres.

                Los orígenes de Maracaibo, la ciudad más importante del occidente venezolano, son oscuros y controversiales. Más cercanos al mito que a los registros históricos. La palabra Maracaibo pudiera tener alguna reminiscencia indígena con relación a un jefe o cacique de la zona importante y señalada en las primeras crónicas de los europeos arribados a estos territorios a finales del siglo XV.

                Maracaibo es hoy una ciudad solar identificada con su portentoso lago, su imponente puente, la maravilla natural que es el Relámpago del Catatumbo, un fenómeno meteorológico único en el mundo dónde se producen las mayores descargas de rayos del planeta. Nuestro himno estadal escrito por el poeta Udón Pérez lo remarca: «La luz con que el relámpago / tenaz del Catatumbo / del nauta fija el rumbo / cual límpido farol».

                Maracaibo es también sus etnias autóctonas como sus muy conocidos Guajiros o Wayuus de la familia Arawaca y son el grupo étnico más numeroso de Venezuela. También tenemos a los Barí de origen Chibcha; los Motilones Bravos o Yukpas de la temida familia Caribe y los Añú (Arawacos) en sus palafitos, algo que impresionó en el año 1499 a los primeros exploradores y topógrafos que incursionaron por las riberas del Lago como Alonso de Ojeda, Juan de la Cosa y Américo Vespucio, éste último, de manera inesperada, tendrá el grandísimo honor de que su nombre identifique a todo un continente nuevo. En el Lago de Maracaibo se encuentra el origen del nombre de Venezuela por la asociación que hicieron estos primeros e incipientes Cronistas de Indias al comparar nuestros palafitos con las residencias en las aguas en la muy célebre ciudad comercial de Venecia en Italia: una “Pequeña Venecia” llegaron a decir.   

                Maracaibo fue también en el siglo XIX una Ciudad-Puerto, epicentro de una vasta red comercial de intercambios fluidos entre las producciones agrícolas y ganaderas del este colombiano, los estados andinos y llaneros, sobretodo, en la segunda mitad de esta centuria. Algunos historiadores que han estudiado esto lo han denominado como el Circuito Agro Exportador de Maracaibo que nos conectaba con el mundo a través de la venta del café andino como producto estelar en el contexto del Atlántico Norte. Maracaibo durante el siglo XIX y bajo los estímulos de la actividad comercial y la presencia de Casas Comerciales extranjeras de alemanes, ingleses y franceses fomenta el desarrollo moderno de la ciudad y sus habitantes. Maracaibo y su región histórica entran a la “vida histórica” (Hegel), se hacen visibles al mundo, a partir de este momento de la mano de la riqueza comercial, palanca del desarrollo y progreso. Algo que contrastaba con los siglos pre-europeos y los trescientos años del período colonial o hispánico caracterizado por el aislamiento, la pobreza y el atraso. 

                Hitos del impacto entre la alianza del sector empresarial en Maracaibo en concordancia con las acciones gubernamentales concertadas fueron la llegada del teléfono (1883), el acueducto (1883), el tranvía (1884), el ferrocarril (1886), el alumbrado eléctrico (1888) y hasta el cine (1897). Y sobre todo la fundación de la Universidad del Zulia en el año 1891.

                Ya entrado el siglo XX, Maracaibo y la región zuliana se hacen el músculo económico de Venezuela de la mano de la explotación petrolera a partir del Zumaque 1 en 1914 que llegó a representar el primer pozo productor del oro negro. En 1962 en el gobierno del Presidente Rómulo Betancourt se inauguró el Puente sobre el Lago acabando con el aislamiento de Maracaibo respecto al resto del país. Otro icono de Maracaibo y la zulianidad es la Virgen de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, una virgen de procedencia colombiana, que la hemos asumido como nuestra patrona dentro del fervor del culto católico. Así mismo nos identifican nuestra rica gastronomía de pastelitos, tumba ranchos, bollitos pelones de cochino, patacones, comidas en coco, pescados y demás. Y la gaita, nuestra gaita decembrina, para alegrar las navidades de todos los venezolanos. Y hasta un pelotero de las Grandes Ligas como Luis Aparicio que alcanzó el Salón de la Fama en 1984 y un caballo campeón como lo fue el gran High Security (Big Bass-Queen Avalon) de la familia Ayubi.   

                Abordar el tema de las tres fundaciones de la ciudad de Maracaibo más allá de la controversia sobre quién fue el verdadero padre es algo un tanto estéril. Tiene más sentido presentar los hechos y protagonistas y explicarles dentro de un marco cronológico sencillo. A Maracaibo la fundaron los alemanes a través del primer Gobernador que tuvo Venezuela: Ambrosio Alfinger en 1529. Luego los españoles dos veces: Alonso Pacheco (1569) y Pedro Maldonado (1574). ¿Alemanes? ¿Cómo es eso? Si dentro de nuestro horizonte histórico a partir del año 1492 Cristóbal Colón «descubrió» América para España.

                De las tres fundaciones de Maracaibo la que tiene más valor fue la primera por ser la primera. También se puede alegar que la última por ser la última es la que tiene validez. En esto de las  conclusiones históricas lo definitivo no existe. Vamos a lo más relevante. ¿Por qué un alemán? ¿Y de dónde provino? Antes de 1492 el mundo aún no se había globalizado. Y este gran acontecimiento es el más relevante luego de la misma creación, algo que hoy sabemos y la mayoría ignora. Europa asume América y América asume Europa. “El descubrimiento de América y el del paso hacia las Indias Orientales a través del Cabo de Buena Esperanza son los dos acontecimientos más grandes y más importantes registrados en la historia del género humano”. Adam Smith (1723-1790)

                Luego de la caída del Imperio Romano en el siglo V d.c los territorios europeos se sumergieron en una Edad Media que según muchos fue oscurantista y regresiva. Carlomagno en el siglo VIII restableció parte de la unidad de Roma asumiendo al cristianismo como bandera. Habrá que esperar hasta la coronación de Carlos V de Alemania y de España como rey del Sacro Imperio Romano Germánico en el año 1519 para que España asumiera el liderazgo de Europa y de buena parte del mundo. Previo a esto hay tres acontecimientos capitales: 1. Colón en 1492 llegó a América y se inició la conquista de esos nuevos territorios. 2. La Reconquista de España culminó en Granada en ese mismo año 1492 y se expulsó a los musulmanes y judíos. Y 3. Constantinopla cae en 1453 en manos de los turcos otomanos poniendo fin al Imperio Romano de Oriente y recrudeciendo en una nueva fase el milenario conflicto entre Occidente y Oriente.

                El imperio hispánico por ciento cincuenta años de la mano de dos reyes: Carlos V y Felipe II van a dominar el mundo. Sólo le hacen sombra una Francia acorralada y la presión de los turcos otomanos en el sur. El músculo económico serán los metales preciosos encontrados en América. No obstante antes de «hacer la América» Carlos V, acosado por las deudas, tuvo que recurrir a unos banqueros alemanes muy poderosos en el mundo de las finanzas: los Welser y como contraprestación le cedió los territorios de la hoy Venezuela. Estos banqueros enviaron aventureros a reconocer el territorio y básicamente a buscar El Dorado. Más que civilizadores fueron saqueadores. El móvil principal fue el lucro atizado por una codicia insaciable. Algo común a las motivaciones de una época que se iniciaba con el capitalismo. Para Andrés Bello, uno de los primeros intelectuales en escribir una “Historia de Venezuela” en el año 1810, los siglos coloniales se definen por esta obcecada búsqueda de El Dorado, de un espejismo. 

                Ambrosio Alfinger desde Alemania se trasladó hasta Santo Domingo y desde ahí hasta Coro para luego internarse a un territorio desconocido y agreste. El Lago de Maracaibo, uno de los reservorios de agua dulce más grandes del mundo, le tentó para la primera fundación. Esto ocurrió en 1529 cuya “ranchería” fue bautizada como “Lago de Nuestra Señora” y que fue dotado de Ayuntamiento y Teniente de Gobernador. Esta villa de Maracaibo dentro de los linderos de la «Nueva Núremberg» fue un establecimiento frágil sin continuidad en el tiempo.

                Es muy probable que este muy rudimentario poblado se haya superpuesto a otro de origen indígena. Porque la llegada de España y estos aventureros alemanes no se hizo en unos territorios deshabitados. Aquí estaban los «indios», es decir, los primeros habitantes provenientes de Asia y Oceanía, llamados así por el error de Colón de haber creído arribar a un antemuro de la exótica India, razón por la cual nuestro Mar Caribe se llamó las Antillas (antes de las Indias). Y esto es importante verlo también dentro de una sencilla cronología. Los restos humanos más antiguos datan del lejano año -35.000 a.c. y en el caso de Venezuela en el -10.000 a.c.

                Pensar que antes de la llegada de los europeos no había en América guerra, propiedad privada, imperios, esclavitud y  demás desmanes humanos es negar el pasado histórico. En el caso venezolano distintas oleadas de inmigrantes e invasores se instalan y desinstalan. Poco se ha documentado porque no tenemos los documentos. Sólo una historia oral y etnográfica ha permitido rastrear la que ha sido la primera gran conquista sobre el territorio venezolano y no fueron precisamente los europeos. 

                Nos estamos refiriendo a los temibles Caribes, un pueblo que provino del sur del continente y que llegó a las islas del Caribe arrasando con todo a su paso. Tenían un grito de guerra feroz: «Ana Karina Rote» (Sólo nosotros somos humanos). Las distintas tribus de la familia Arawaco tuvieron que padecer las razzias de estos primeros invasores extranjeros que terminaron estableciéndose en el territorio. De hecho, cuando llegaron los europeos se van a encontrar tanto a indios pacíficos como indios bravos.

                La fundación de Maracaibo no prosperó con Alfinger. Y la concesión de los Welser que se inició en 1528 les fue revocada en el año 1546. Ya es a partir de esta fecha que España a través de los castellanos (aventureros y sacerdotes) reasume la empresa colonizadora. La segunda fundación de Maracaibo se la debemos, según las crónicas, a Alonso Pacheco en 1569 bajo una nueva toponimia: “Ciudad Rodrigo de Maracaibo”, dotándola de Cabildo. El Cabildo es muy importante porque es la unidad administrativa del gobierno local. El asentamiento de Pacheco tampoco pudo mantenerse en pie. Y la razón son varias, aunque la más relevante, fue la hostilidad de los indios de la zona. En el siglo XVI se empezó a construir España en América y para ello lo primero fue ganar la guerra. Una guerra con espada y cruz.

                En 1574, Pedro Maldonado logró poner en cintura a los belicosos indios zaparas, onotos, cocinas, toas y aliles que hasta ese momento no habían tenido ningún reparo en hostilizar tan precario poblamiento europeo. Maldonado, le cambió el nombre al asentamiento y le puso: Nueva Zamora Laguna de Maracaibo.

@LOMBARDIBOSCAN