Sin caer en el fanatismo y la mitificación de Simón Bolívar, es suficiente revisar el legado de los tiranos cívicos militares que han tomado como bandera el concepto bolivariano, como justificación para monopolizar el poder y salir a conquistar el continente, con una propuesta absurda basada en el socialismo y el pensamiento del libertador.
Una combinación contradictoria, porque Bolívar fue influenciado por el Enciclopedismo francés, base ideológica del naciente capitalismo y el positivismo, y una antagónica doctrina socialistas, que nació con ínfulas reivindicadoras. A lo mejor como Latinoamérica es territorio del realismo mágico se forjó una propuesta que tomó del libertador el lado de su aparente gesta reivindicadora descolonizadora y anti eurocentrista, para entrar en la idiosincrasia local y justificar sus intenciones políticas de imponer el comunismo.
Al revisar textualmente estas seis frases del libertador, se observan contradicciones entre lo expuesto por Simón Bolívar y la praxis de la dirigencia rojita, incluyendo al mismo comandante eterno, Hugo Chávez ¿Discurso para el pueblo? Esa es la consigna. Lo evidencian las opiniones públicas de sus ex ministros de Planificación, Jorge Giordani, y el de Deporte, Héctor Rodríguez, relacionadas con mantener en la ignorancia y la pobreza al pueblo, para controlarlo.
“Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción; la ambición, la intriga, abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la libertad, la traición por el patriotismo, la venganza por la justicia” (Simón Bolívar en el discurso ante el Congreso de Angostura 15 de febrero de 1989. Ahora se entiende porque la dádiva con dineros públicos, misiones y cajas de comida, forman el letal efecto del control y la ignorancia social. La decadente educación limita la crítica, al igual que la eliminación, control y censura de los medios de comunicación. El uso de la mentira con aceptación de verdad generalizada, ha provocado la tergiversación de la realidad y la desubicación de una sociedad sin rumbo y sin futuro. El entreguismo patriotero se materializó con la toma de decisión pública a favor de intereses foráneos de China, Rusia, la guerrilla colombiana, los grupos terroristas y Cuba, y en la delegación de la administración de la principal empresa petrolera ahora en manos de grupos foráneos. La injusticia expresa en la tortura y asesinato político. Evidencian la traición y venganza de la dirigencia comunista que usufructúa el poder, el robo de los dineros públicos, el vivir en la opulencia mientras los pobres mueren de hambre y en las puertas de los hospitales públicos, y la eliminación de quien contradicen sus ideas, en un abierto revanchismo patológico que desnuda sus verdaderas intenciones y no las de cumplir con las ilusiones reivindicativas que terminaron en engaño y frustración. La Venezuela de hoy vive entre los escándalos, la intriga, el abuso del poder, funcionarios públicos ineptos y corruptos que arruinaron la nación y frustraron las ilusiones de la sociedad.
“Todos los pueblos del mundo que han lidiado por la libertad han exterminado al fin a sus tiranos”. Frase que anuncia el porvenir del régimen chavista, empeñado en oprimir y limitar la libertad de expresión, ahora acentúa su patológico poder con la imposición de un Tribunal Supremo de Justicia que elimina partidos e impone directivas inmorales compradas con dólares o cargos. Amoldando así las futuras elecciones que permitirán ganarlas y legalizar los actos de un gobierno ilegítimo.
“Un soldado feliz no adquiere ningún derecho para mandar a su patria. No es el árbitro de las leyes ni del gobierno. Es defensor de su libertad”. El rol represor y corrupto de los militares es evidente. Es suficiente observarlos en cada alcabala, en la frontera, en los cargos desempeñados, en la entrega de la soberanía y la postración ante el mandato cubano, para entender que ellos mandan y sostienen al gobierno ilegítimo de Nicolás Maduro. Cumplen el rol de árbitro legal, avalan el atropello y no defienden la libertad, al contrario, usan la fuerza, el crimen político y la tortura.
“El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”. ¿Felicidad y estabilidad? Hace veinte años, Venezuela entró en un sinfín de inestabilidad producto de los actos de sus gobernantes chavistas que han expropiado y destruido las fuentes de producción y trabajo, bases para la productividad y la generación de riqueza. La educación es deficiente y el sistema de salud no garantiza la vida de los venezolanos. Sin garantías sociales, educativas y económicas, no hay ni estabilidad política ni felicidad. Por algo, 4,8 millones de venezolanos han huido del país.
“Nuestras discordias tienen su origen en las dos más copiosas fuentes de calamidad pública: la ignorancia y la debilidad”. Un gobierno ilegítimo que existe en la estructura formal y desaparece en el contacto con el venezolano, es débil. La educación deficiente y de baja calidad propicia la deserción escolar y la emigración de su juventud y los profesionales. La esperanza se perdió.
“Estamos dominados de los vicios que se contraen bajo la dirección de una nación como la española, que sólo ha sobresalido en fiereza, ambición, venganza y envidia”. La herencia histórica se refleja en el comportamiento de una sociedad resentida y con altos índices de desigualdad, heredada de prácticas políticas, económicas y sociales traídas de España y no superadas hasta el presente siglo. Su dirigencia muestra los vicios corruptos, de relaciones primarias, tráfico de influencia y conductas psicosociales, que aún no se superan. Lo ven en la compra descarada de dirigentes de VP, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, Acción Democrática y Copei, quienes hoy son avalados por el TSJ oficialista.
@hdelgado10