Desde que tengo uso de razón soy amante del béisbol, así que mis primeros contactos con usted fueron viendo el programa “Lo mejor de la semana”, un resumen de las mejores jugadas y de la actualidad en el béisbol de las grandes ligas.
Después fui creciendo y en ese amor por el béisbol descubrí sus libros sobre su origen, la historia de las series mundiales y a admirarlo por sus otras obras tan interesantes para un amante de este deporte en la Venezuela de los años 80.
Por supuesto su valiosa carrera en esos años ya tenía un amplio historial pero mi memoria me remonta a esos años 80, cuando siendo un “teenager”, me convertí en un asiduo lector, radio escucha o televidente de todo lo que hablara sobre el deporte de las cuatro esquinas.
Con el transcurrir del tiempo comencé a devorar sus columnas y desde principios de los noventa me gradué de locutor y después me gradué de periodista al descubrir que esta era mi vocación habiendo antes conseguido el título de administrador el cual nunca ejercí, a pesar de haber sido el segundo de mi promoción, el gusanito de los deportes y los medios me atrapo, por lo que me gradué de periodista años después.
Desde el año 95 ingrese como comentarista en el circuito radial de Águilas del Zulia, teniendo grandes maestros como Luis Verde (+), Carlos Castillo, Antonio Núñez Rovira, Gerardo Quintero (+), Pepe Delgado Rivero, y Tony García, enseñándome todos a respetar el juego y a sus protagonistas, por lo que hacían dentro y fuera de los terrenos de juego.
Mientras tanto seguia siendo su admirador y asiduo lector de sus innumerables obras y en especial de sus columnas, en donde el uso de terceras personas como recurso lo hacía muy interesante y agradable, pero paralelamente a eso surgía en mi el sentido de la crítica o de escoger a quien leer o no.
Soy de una escuela donde el respeto debe ser lo fundamental por eso aunque no comparta sus posturas hacia algunos peloteros como Andrés Galarraga y Omar Vizquel ídolos de los amantes de la pelota en el país, he llegado hasta tratar de entender sus argumentos sobre el porque no votaría por ellos al Salón de La Fama y hasta defenderlo de quienes lo han criticado, sin bases y usando solo el criterio chauvinista de apoyarlos solo por ser compatriotas.
Cuando ha criticado o tratado de desmentir a alguien lo he leído más no me he hecho eco de sus posturas, por ejemplo decir que Andrés Galarraga no padeció de cancer, sin mostrar pruebas o sus comentarios hacia aquellos peloteros acusados de usar esteroides, en fin a lo que daña el espectáculo, aspecto en el que coincidimos.
Pero con el atrevimiento de cuestionar sus posturas sin tener su background, nunca lo tendré, es más la situación país y mi caso en particular me han hecho separarme de los medios y emigrar a empezar de cero sin saber si podré tener una nueva oportunidad de hacer lo que me gusta o para lo que me forme, creo que ya el ego o intereses personales han superado su amor o respeto por el juego de pelota.
En primer lugar usted está en su derecho de pensar y hacer público su concepto sobre la no elegibilidad de Omar Vizquel al Salón de La Fama, con argumentos de peso, con estadísticas, tradicionales y sabermétricas o títulos ganados, hasta allí todo bien pero decir que es un ídolo inflado por ser líder Maltin Polar no me parece, usted fue el moderador del programa Play Ball un espacio similar a lo mejor de la semana pero dedicado a la LVBP y ese era uno de sus sponsor, eso me hace pensar en cierto reconcomio, disculpe si me equivoco.
Esta semana ha vuelto a la palestra al utilizar la figura de Roberto Clemente para criticar los errores del joven Ronald Acuña Jr., una de las grandes estrellas del béisbol actual, preguntándome yo? no tiene usted la suficiente autoridad para hacerlo sin usar el nombre de esa gran figura?, para seguir con el caso invitándolo a comer después de ver la entrevista que le hiciera Luis Sojo en sus redes sociales y donde el joven dio una muestra de clase al referirse al tema sin ofensas a pesar de haber sido ofendido.
Porque no solo con malas palabras se ofende y teniendo en cuenta su trayectoria, su edad, debería darle gracias a Dios por tener esa lucidez y por ende aconsejar a quien puede ser su nieto o hasta bisnieto sin tener que usar figuras, y sin someterlo al escarnio de sus lectores, por eso le escribí esta carta yo no quiero notoriedad que parece ser su objetivo en esta época de paralización de las actividades deportivas, con su columna lo logró aunque no pienso de la mejor manera, cuídese mucho y que Dios lo siga bendiciendo.
Antonio «Toño» Soler
Hit & Run Antonio “Toño” Soler #Orlando, Florida Twitter/Instagram @tonosolerp