Luego de conocerse que el presidente de EE. UU., Donald Trump, estuvo el domingo en una reunión con el jefe de prensa del Gobierno brasileño, Fabio Wajngarten, cuyas pruebas de covid-19 resultaron positivas, la Casa Blanca informó el jueves que por el momento no hay planes para que el mandatario estadounidense se haga el test de coronavirus.
Trump les dijo el jueves a periodistas que no le preocupaba el caso de Wajngarten, que viajó con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, al club privado de mandatario de EE. UU. en Mar-a-Lago (Florida) y se tomó una foto con él.
“Cenamos juntos en Florida, en Mar-a-Lago, con toda la delegación, pero no hicimos nada fuera de lo común, nos sentamos juntos durante un tiempo y conversamos. Veremos qué ocurre”, dijo Trump al inicio de un encuentro con el premier de Irlanda, Leo Varadkar. Por su parte, la portavoz del presidente de EE. UU., Stephanie Grisham, dijo a la agencia Efe que la Casa Blanca aún estaba “evaluando el grado de exposición relacionado con el caso, y eso dictaminará los próximos pasos”.
“Tanto el presidente como el vicepresidente (Mike Pence) casi no tuvieron interacción con la persona que ha dado positivo, y no se requiere que se les haga una prueba en este momento”, dijo Grisham.
El contagio de Wajngarten llevó a que Bolsonaro fuera sometido a un test, pero el jueves no presentaba ningún síntoma, dijo su hijo, el diputado Eduardo Bolsonaro.
Además, la Presidencia de Brasil afirmó que el jefe de Estado brasileño está bajo estricta vigilancia médica y que las medidas de seguridad llevaron a la cancelación de la agenda del gobernante.
Según el comunicado del Gobierno, el servicio médico de la Presidencia adoptó las medidas preventivas necesarias para preservar la salud de Bolsonaro y de “toda la comitiva presidencial que lo acompañó a EE. UU.”.
Por su parte, el senador por Florida Rick Scott y el alcalde de Miami, Francis Suárez, entraron en cuarentena de manera voluntaria, pues también estuvieron en contacto con Wajngarten.
Tanto el presidente como el vicepresidente (Mike Pence) tuvieron casi ninguna interacción con la persona que dio positivo y no se requiere que se les haga una prueba en este momento
Reacción de la Unión Europea
De otro lado, los presidentes de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, y del Consejo Europeo, Charles Michel, deploraron la decisión “unilateral” de Trump de suspender todos los viajes desde gran parte de Europa a EE. UU. como prevención ante el coronavirus. “El coronavirus es una crisis global, no limitada a ningún continente, y requiere cooperación y no acciones unilaterales”, señalaron los dos dirigentes en un comunicado conjunto.
Trump hizo ese anuncio el miércoles en la noche, en un discurso en el que debía tranquilizar a un país ansioso, un mercado de valores en pánico y un mundo dividido por el coronavirus, pero dejó a muchos confundidos y más asustados.
Aunque los discursos desde la Oficina Oval son una tradición de EE. UU. en tiempos de crisis (un evento que recuerda al país que el presidente, a la cabeza de la oficina más poderosa del mundo, está allí para guiar), el breve discurso de Trump en respuesta a la pandemia del nuevo coronavirus mostró a un presidente cansado y que cometió varios errores, que después tuvieron que ser corregidos por su equipo.
Parte del discurso sonó como uno de los mitines nacionalistas de campaña de Trump. “El virus no tendrá una oportunidad contra nosotros”, afirmó. Y cuando reveló sus planes para detener el coronavirus, causó consternación. Al anunciar la drástica medida de suspender todos los viajes desde Europa, donde el virus se está extendiendo, Trump dijo que la prohibición incluiría “la enorme cantidad de comercio y carga” y “varias otras cosas”.
Si los estadounidenses que veían el discurso estaban confundidos, los inversores quedaron en shock. La Casa Blanca rápidamente aclaró que el comercio no se estaba deteniendo entre la UE y EE. UU.
El virus no tendrá una oportunidad contra nosotros
Muchos habían estado esperando una muestra mundial del liderazgo estadounidense y un plan detallado para mitigar el creciente golpe económico en casa.
Trump anunció esfuerzos para impulsar los préstamos para pequeñas empresas y otorgar exenciones fiscales, pero el Congreso está discutiendo sobre los detalles y hasta ahora se ha negado a hablar con el liderazgo demócrata en la Cámara Baja.
Y cuando habló del papel de EE. UU. en el mundo durante este fenómeno verdaderamente global, Trump volvió nuevamente a entrar en modo de campaña. Lo consideró un virus “extranjero”, destacó que surgió en China y culpó a Europa de no frenar su expansión.
La prohibición de viajar encaja con la plataforma de campaña de Trump, que ha construido su presidencia en torno a la promesa de un muro para la frontera mexicana, aranceles para asegurar mejores acuerdos comerciales y, en general, ha promovido el concepto de “EE. UU. primero”, a toda costa.
Ian Bremmer, presidente de la consultora Eurasia Group, comparó la política de EE. UU. con la respuesta de China de enviar asistencia médica masiva por vía aérea a Italia, muy afectada por el coronavirus. “EE. UU. primero es una respuesta peligrosamente miope a una crisis global”, tuiteó.
EFE