En la zona fronteriza de Zulia en Venezuela la crisis de combustible se ha agudizado fuertemente y los vendedores informales comercializan la gasolina hasta en 40 dólares.
Un cupo para surtir en una estación de servicio lo venden en 50 dólares y una pimpina de 25 litros ya oscila entre los 25 y 40 dólares. Los funcionares militares y policiales tienen preferencia por encima de los médicos que están trabajando para salvar la vida de miles de personas ante el coronavirus.
La escasez ha dejado en evidencia el poder de las mafias de la gasolina, afirman las personas impotentes que no pueen surtir de gasolina su vehículo en un país petrolero.
El régimen de Maduro se aprovecha de la crítica situación mundial por la pandemia del coronavirus y envía a las personas a sus casas y criminaliza su salida para rendir la poca gasolina que queda en los llenaderos del país.
Señalan los expertos que la escasez de gasolina no es consecuencia de las sanciones internacionales o por el coronavirus, sino por la mala administración, el contrabando y la corrupción de la dictadura de Maduro. «Venezuela está sin gasolina por culpa de este régimen”, dicen los venezolanos.
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