Eugenio Martínez: Venezuela se consolida como un régimen autoritario

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Según un estudio elaborado anualmente por The Economist, la nación sudamericana es uno de los 54 países, de 165 evaluados, que tienen un sistema de gobierno autoritario


La democracia plena es una excepción en el mundo actual. Hay un gran número de países que viven bajo regímenes y Venezuela es el mejor ejemplo de cómo los sistemas democráticos de gobierno se están deteriorando significativamente.


Según el Democracy Index, elaborado anualmente por The Economist, Venezuela es uno de los 54 países (de 165 estudiados) que tienen sistemas de gobierno autoritarios.

Para elaborar el Democracy Index, The Economist analiza el desempaño de cada gobierno en función de cinco categorías: 1) procesos electorales y pluralismo; 2) libertades civiles; 3) funcionamiento del gobierno; 4) participación política, y; 5) cultura política.

El desempeño en estas variables permite agrupar a los regímenes de gobierno de los países en cuatro categorías: 1) Democracias plenas; 2) Democracias defectuosas; 3) Regímenes híbridos, y; 4) Regímenes autoritarios.

En este sentido, de los 165 países estudiados apenas 22 son considerados como «democracias plenas»; mientras en 54 estados existen como democracias defectuosas. Por otra parte, existen 37 países con regímenes híbridos y 54 con regímenes autoritarios.

Por otra parte, en el Democratic Index se concluye que la mayoría de la población mundial vive en países con gobierno no democráticos. En concreto se concluye que apenas 5.7% de la población mundial vive en «democracias plenas», mientras 42.7% se encuentra en «democracias defectuosas». No obstante, 16% se encuentra en países con regímenes híbridos y 35,6% en países con gobiernos autoritarios.

El deterioro de la democracia venezolana

En 2006 The Economist incluía a Venezuela dentro del grupo de países con regímenes híbridos al obtener una calificación general entre las cinco variables estudiadas de 5.42 puntos (en una escala de 0 a 10 puntos) Con esta puntuación, Venezuela se ubicaba en el puesto 93 entre 167 países analizados. En ese año se celebraron elecciones presidenciales que enfrentaron a Hugo Chávez y al candidato opositor Manuel Rosales.

La victoria de Chávez en ese proceso impulsó en 2007 el primer intento de reforma constitucional para garantizarse a sí mismo, las condiciones que le permitirían mantener el poder indefinidamente.

Dos años después, Venezuela descendió hasta el punto 95 en el Democratic Index. Aunque mantenía la clasificación de régimen híbrido, la puntuación cayó a 5,18 puntos.

La clasificación de régimen híbrido se mantuvo hasta 2017, cuando la puntuación general de Venezuela cayó a 3,87 puntos ocupando el puesto 117 de 167 (empatada con Jordania). Desde ese año hasta la fecha se clasifica a Venezuela cómo un «régimen autoritario». La puntuación de Venezuela en este índice en 2018 fue de 3.16 puntos y en 2019 disminuyó hasta 2.88 puntos.

El retroceso de América Latina

Según las conclusiones The Economist América Latina “es la región de mercados emergentes más democrática del mundo. Sin embargo, su puntaje general cayó sustancialmente en 2019, de 6.24 en 2018 a 6.13, un cuarto año consecutivo de declive. En 2019, el declive regional fue impulsado principalmente por la crisis postelectoral en Bolivia y, en menor medida, por la regresión democrática en Guatemala y Haití. Las puntuaciones generales cayeron en cerca de la mitad de los países de la región. Dicho esto, las dos únicas modificaciones de la clasificación regional en el Índice de Democracia 2019 fueron ambas mejoras (Chile y El Salvador). El uso creciente de prácticas autoritarias en Venezuela, Nicaragua y Bolivia explica gran parte del deterioro democrático regional”

Ganadores y perdedores

Según The Economist, aunque no hubo grandes movimientos en la parte superior (democracias plenas) e inferior del índice (sistemas autoritarios), sí se registraron cambios significativos en otros lugares. “Tres países (Chile, Francia y Portugal) pasaron de la categoría de «democracia defectuosa» a la categoría de «democracia plena». Malta se movió en la dirección opuesta, cayendo de la categoría de «democracia plena» para convertirse en una «democracia defectuosa».

En el otro extremo del espectro de la democracia, Iraq y Palestina pasaron de ser clasificados como «regímenes híbridos» a «regímenes autoritarios». Argelia pasó de ser un «régimen autoritario» a un «régimen híbrido». El Salvador y Tailandia pasaron de la categoría de «régimen híbrido» a la categoría de «democracia defectuosa», mientras que Senegal se movió en la dirección opuesta de una «democracia defectuosa» a un «régimen híbrido». Hubo otras mejoras notables, incluso en Armenia, Bangladesh, El Salvador, Guinea-Bissau, Madagascar, Sudán, Togo, Túnez y Ucrania, y hubo regresiones en Bielorrusia, Benin, Bolivia, Camerún, Comoras, Egipto, India, Guyana, Singapur, Mali y Zambia.

Los resultados del Democratic Index sugieren que el ideal democrático sigue siendo Noruega. La primera democracia del mundo obtiene una calificación de 9.87 puntos (en una escala de 0 a 10 puntos). En el extremo opuesto de encuentra Corea del Norte que apenas recibe una calificación de 1.08 puntos y ocupa el último puesto del ranking.

EEUU: Una democracia defectuosa

Según The Economist “América del Norte conserva el puntaje promedio más alto de cualquier región en el Índice de Democracia 2019. Con un puntaje de 8.59 (en una escala de 0 a 10) América del Norte continúa superando a Europa occidental, que tiene un puntaje promedio de 8.35 puntos.

Por otra parte el puntaje de Canadá ha mejorado ligeramente, de 9.15 puntos *en 2018 a 9.22 puntos en 2019 (ambos casos se calculan en una escala de 0 a 10). Canadá se ubica en el ranking mundial en el séptimo lugar (junto a Dinamarca) y supera significativamente a Estados Unidos que cayó por debajo del umbral de una «democracia plena» en 2016 debido a la disminución de la confianza pública en las instituciones estadounidenses, un fenómeno que precedió a la elección de Donald Trump ese año y que ayuda a explicar su éxito al ganar la presidencia. Desde entonces, el puntaje de los Estados Unidos se ha mantenido estable en 7.96, y ocupa el puesto 25 a nivel mundial”.

En el análisis del Democratic Index se indica que “el partidismo político está socavando el funcionamiento de la democracia estadounidense. El apoyo popular a la democracia sigue siendo fuerte en los Estados Unidos, cuyos ciudadanos siempre han mostrado un fuerte apego a la independencia y la soberanía nacional. Sin embargo, la insatisfacción popular con el funcionamiento de la democracia, tanto en términos de disfunción del gobierno como de falta de representación política por parte de los dos partidos principales, ha aumentado en los últimos años”.

Concluye The Economist que la polarización política y el partidismo están “socavando la función de las instituciones estatales (…) Estados Unidos ha caído constantemente en el ranking mundial durante la última década, desde el puesto 17 en el año 2010 al puesto 25 en 2019. Esto refleja principalmente un deterioro en el funcionamiento de la categoría de gobierno, que ha sido la categoría de peor puntaje de EEUU.

@puzcas / Diario Las Américas