Trump impondrá sanciones económicas a Teherán tras el ataque a las bases de EEUU en Irak

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Donald Trump no esperó a saludar a la audiencia en la breve comparecencia en la que dio la respuesta oficial de Estados Unidos al ataque con misiles que Irán ha lanzado hoy contra una base ocupada por soldados de ese país en Irak. En vez de eso, fue directamente al grano. Su primera frase fue: «Mientras yo sea presidente, Irán no será autorizado a tener armas nucleares».

Fue un arranque dramático en un discurso que literalmente no cambió nada en la política de Estados Unidos hacia Irán. El presidente estadounidense dejó claro que el bombardeo no altera la política que lanzó en junio de 2018 cuando rompió unilateralmente el acuerdo internacional en virtud del cual Irán renunciaba a desarrollar armas atómicas durante 25 años. Trump dijo que EEUU va a mantener su estrategia de «presión máxima» sobre Teherán, y prepara nuevas sanciones económicas contra ese país («Impondremos sanciones económicas a Teherán de inmediato», dijo), al que ha sometido a un bloqueo económico desde hace un año y medio. Así que no habrá represalias militares por un ataque que, según los analistas, tuvo más de propaganda de la República Islámica que de acción militar seria.

Trump también tranquilizó los temores sobre una escalada militar. No mencionó ni por asomo la posibilidad de represalias al bombardeo y, aunque defendió la muerte del general iraní Qasem Soleimani en un bombardeo de EEUU, la semana pasada, dejó abierta al final de su discurso la puerta a una posible negociación entre Washington y Teherán. «Finalmente, para la gente y los líderes de Irán: queremos que tengáis un futuro, el gran futuro que merecéis, un futuro de prosperidad interior y de armonía con las naciones del mundo. Estados Unidos está preparado para buscar la paz con todos los que la deseen», dijo. Un instante antes, el presidente estadounidense había declarado que «la destrucción del Estado Islámico es buena para Irán y deberíamos trabajar juntos en ésta y otras áreas prioritarias».

Pero Trump lanzó una idea, que no desarrolló, que puede tener implicaciones internacionales: quiere que los demás signatarios del acuerdo nuclear se retiren de éste, y va a pedir a la OTAN un papel más activo en la crisis.

MENSAJE A LA OTAN
Qué significa esa última propuesta es algo que nadie sabe. El presidente de Estados Unidos sólo lanzó una frase al respecto: «Voy a pedir a la OTAN que se involucre más en Oriente Próximo». La Alianza Atlántica ha intervenido en Afganistán en apoyo de Estados Unidos -tras el 11-S, precisamente, la organización declaró que los atentados constituían un acto de guerra contra uno de sus miembros- pero una posible participación en Irak o en otros conflictos de esa zona del mundo parece complicada. Además, Estados Unidos nunca ha mostrado interés por la colaboración de la OTAN en la región en términos prácticos.

Después del 11-S, George W. Bush explícitamente rechazó la oferta de ayuda de la Alianza. Y, dado el unilateralismo de Trump y sus frecuentes desprecios a sus aliados, parece difícil conseguir apoyo en Europa y Canadá para algo que vaya más lejos que mandar algunos barcos de patrulla a la región. Uno de los defensores de una implicación más profunda de la OTAN en Oriente Próximo ha sido el ex presidente del Gobierno español, José María Aznar quien, tras dejar el cargo en 2004, ha propuesto en varias ocasiones que Israel fuera admitido como miembro de la Alianza Atlántica.

Trump también se dirigió directamente a los demás firmantes del acuerdo nuclear con Irán de 2015 (JCPOA por sus sus siglas en inglés, es decir, Plan de Acción General Conjunto) para pedirles que sigan el ejemplo estadounidense y lo rompan. «Ha llegado el momento de que Gran Bretaña, Alemania, Francia, Rusia, y China de que reconozcan esta realidad: deben salir de lo que queda del acuerdo de Irán, o JCPOA». Significativamente, Trump no mencionó al otro firmante, la Unión Europea, acaso porque desde que llegó al poder ha criticado abiertamente a esa organización, ha defendido el Brexit, y ha hecho que Estados Unidos rebaje la categoría diplomática del embajador europeo en Washington. Hasta la fecha, ninguno de los demás firmantes del acuerdo nuclear ha seguido los pasos de EEUU, aunque tampoco ha adoptado medidas para desafiar a Washington y restablecer las relaciones económicas con Teherán previas a 2018.

En su discurso, Trump mezcló las amenazas propias en él -«nuestros misiles son muy grandes, poderosos y rápidos»-, con la no menos habitual atribución de responsabilidades a su predecesor Barack Obama -«los misiles lanzados contra nosotros y nuestros aliados anoche fueron pagados con los fondos autorizados por el Gobierno que me precedió»-.