Trump ganó la primera partida en el tablero contra Irán

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“Todo está bien”, dijo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ante el lanzamiento de decenas de misiles iraníes a diferentes bases militares que albergaban a tropas estadounidenses en Irak.

Irán había lanzado varios misiles a dos bases militares norteamericanas ubicadas en Irak. «Estamos evaluando si hubo víctimas y los daños en estos momentos y hasta ahora, ¡todo bien!”, concluyó el presidente Trump en un claro mensaje al régimen en Teherán: “Tenemos las fuerzas armadas más poderosas y equipadas del mundo, y por mucho”.


Pocas horas atrás, el régimen iraní se adjudicó el lanzamiento de misiles en la operación “Mártir Soleimani”. Este ataque fue en represalia al asesinato del principal líder militar de ese país, Qasem Soleimani, quien fue alcanzado por un proyectil lanzado desde un dron estadounidense al llegar a Bagdad, capital de Irak.

Desde el ataque estadounidense, hubo especulación en diversos medios sobre el tipo de respuesta que Irán iba a tener. Después de todo, Estados Unidos eliminó a su primer líder militar y una de las figuras más reconocidas del país. Sin embargo, la respuesta de Teherán luce tímida y poco proporcional a la luz de la agresión autorizada por el presidente Donald Trump.

ARCHIVO. Fotografía captada por la empresa estadounidense Planet en la que se muestra la base aérea Al Asad, en Al Anbar (Irak), el  25 de diciembre. | Foto: Efe.

El mismo Trump parecía sonar victorioso en su tuit. Horas después, en una alocución matutina, el mandatario pareció desescalar el tono bélico y de confrontación, pero intuyó un parcial triunfo: “Irán parece estar retrocediendo, esto es algo bueno para todas las partes involucradas y para el mundo”. En este discurso, consideró a Irán una fuerza destructiva y desestabilizadora y prometió que mientras él gobierne, ese país nunca tendrá acceso a un arma nuclear.

El presidente estadounidense también anunció sanciones para Irán. Todo esto, sin embargo, con un tono moderado y tranquilo. Como quien sabe que se ha agenciado un triunfo. Parcial, quizá. Preliminar también, pero un triunfo.

El general Amir Ali Hajizadeh, líder de la Fuerza Aeroespacial de la Guardia Revolucionaria de Irán, pareció confirmar el mensaje de Trump: “No pretendimos matar”, dijo este miembro de la rama de la armada de ese país que se atribuyó los ataques con misiles. “Solo quisimos atacar la maquinaria militar del enemigo”, añadió.

Irán sufrió la caída de uno de sus principales líderes pero solo ha respondido -hasta el momento- con lanzamiento de misiles que no han provocado víctimas.

Por otro lado, el presidente Trump logró deshacerse de uno de los principales objetivos de su administración, el general Qasim Soleimani, a quien por mucho tiempo su país ha acusado de planear ataques que provocaron la muerte de cientos de estadounidenses.

“Las manos de Soleimani estaban llenas de sangre estadounidense e iraní. Él debió haber sido eliminado hace mucho tiempo. Al eliminarlo, hemos mandado un poderoso mensaje a los terroristas. Si valoras tu vida, no vas a amenazar a nuestra gente”, dijo el mandatario, nuevamente victorioso.

El balance de este breve pero aparatoso incidente internacional parece inclinarse de manera dramática al lado de Estados Unidos y Teherán parece haber reaccionado casi de forma simbólica, si se considera la capacidad de su armamento y la tecnología para hacer ataques precisos y hacer daño.

La noche del ataque, el régimen iraní advirtió que los aliados de Estados Unidos también son sus enemigos y previno que podría atacarles, en particular la ciudad de Haifa al norte de Israel y Dubái, la metrópoli de los Emiratos Árabes Unidos. Estos ataques, se preveía, podían venir de células terroristas vinculadas a Teherán, como Hezbollah o los hutíes en Yemen.

Pero hasta el momento, nada de eso. Nuevamente, perdieron a su principal general sin mayor respuesta. El punto, parece hasta el momento, se lo ha llevado Trump.

No debe olvidarse que estas acciones se enmarcan en una carrera por la reelección de Trump, la cual se definirá el 3 de noviembre.

Sus principales cartas han sido el desempeño de la economía y una firme política exterior, la cual ya produjo el final del temido grupo terrorista suní Estado Islámico, que aterrorizó rincones del Medio Oriente y se atribuyó ataques terroristas en diversos rincones del mundo.

EFE