El pasado 5 de enero Nicolás Maduro continuó aislándose internacionalmente cuando dio un golpe parlamentario. La barricada formada por las fuerzas represivas (Policía Nacional Bolivariana y la Guardia Nacional) del régimen para impedir a golpes el acceso de la mayoría de los diputados opositores a la Asamblea Nacional fue rechazada por casi toda la comunidad internacional, incluidos algunos de sus socios en la región: México, Argentina y Uruguay.
Hasta el lunes, solo Rusia había reconocido la fraudulenta elección del diputado Luis Parra como presidente del ente legislativo venezolano. A pesar de que “México hace votos para que la AN de Venezuela pueda elegir democráticamente su junta directiva conforme al proceso establecido en la Constitución” y Argentina “llama a recuperar la normalidad democrática”, el Ministerio de Exteriores de Rusia consideró “la elección de una nueva dirección del Parlamento como el resultado de un proceso democrático legítimo, que propicia el retorno de la lucha política venezolana a la constitucionalidad”. Con esta acción, Moscú busca mantener a flote la dictadura de Maduro y la confrontación en términos geopolíticos con Estados Unidos en el país bolivariano.
Los comunicados de Rusia, Argentina y México coincidieron en la necesidad de “recuperar el diálogo entre las fuerzas políticas en un marco de pleno respeto de las libertades y los mecanismos institucionales” con el fin de vencer las diferencias entre los venezolanos. Llamamiento que Maduro traduce regresando a la mesa de diálogo con la seudooposición de los partidos minoritarios al día siguiente del golpe parlamentario.
Ante el asalto al Palacio Federal Legislativo por parte del régimen de Maduro, los diputados de las fuerzas democráticas sesionaron en la sede de El Nacional -permitido por el Reglamento de la AN- el domingo 5 de enero en la tarde. En esta sesión, Guaidó fue reelecto presidente de la Asamblea Nacional por 100 diputados, equivalente a las 3/5 partes del Parlamento, con la presencia del cuerpo diplomático (22 embajadores) acreditado en Caracas.
Tras ser juramentado para el último período legislativo (2016-2021), Guaidó solicitó a su partido, Voluntad Popular, el relevo de la disciplina y militancia partidistas para enfocarse en la agenda destinada a restaurar la democracia en Venezuela. Petición que fue concedida por el partido fundado por Leopoldo López.
Después de juramentados, tanto Parra como Guaidó convocaron a una sesión ordinaria del Parlamento este martes a las 10:00 am y 10:30 am, respectivamente, en el Palacio Federal Legislativo. La puesta en escena del régimen de Maduro fue parecida a la del pasado domingo: la Guardia Nacional Bolivariana acordonaba el sitio. Sin embargo, en esta ocasión los 100 diputados y la junta directiva del Parlamento entraron a la sede del Poder Legislativo a pesar de las dificultades. Una vez dentro, Luis Parra y su equipo huyeron del lugar, demostrando que no tenían la legitimidad para dirigir la AN. En ese momento se restituyó el orden constitucional. La dictadura aceptaba de forma implícita la única junta directiva de la AN, la presidida por Juan Guaidó. La determinación y el coraje de los diputados condujeron a la victoria.
El golpe parlamentario del domingo erosionó parte de las bases de sustento del régimen de Maduro. En lo interno causó malestar en los mandos de las Fuerzas Armadas, e internacionalmente se desalinearon países aliados como México y Argentina.
Rusia se equivocó en esta ocasión. Mostró su verdadera intención, el enfrentamiento contra Estados Unidos. Por ello, Elliott Abrams dijo este lunes: “Estados Unidos ha subestimado la capacidad de Rusia y Cuba para apuntalar el régimen venezolano”. No es la primera vez que ocurre esto. En abril el secretario de Estado, Mike Pompeo, aseguró que Maduro “estaba listo” para abordar un avión y exiliarse en Cuba cuando “los rusos le dijeron que se quedara”. Cada vez más, la permanencia de Maduro en el poder depende de Moscú, en lo económico y la seguridad.
Vendrán otros rounds. Guaidó los enfrentará con nuevas capacidades. Y Estados Unidos con el resultado de las lecciones aprendidas.
Este round lo ganó Guaidó y las fuerzas democráticas.