OEA apuesta por “el restablecimiento de la paz” en Chile

657

La Organización de Estados Americanos (OEA), defendió la paz en Chile, hoy en día epicentro de manifestaciones contra el gobierno de Sebastián Piñera, el cual destapó una reacción tensa de sus ciudadanos con la implementación de medidas contra el transporte público.

Las constantes marchas han derivado en la violencia de unos pocos, pero lo suficiente para que desde el lado de las autoridades se haya llamado a un toque de queda.

Los movimientos de calle también crearon el caos suficiente para que algunos decidieran tomar la justicia por sus propias manos, con daños a propiedades públicas y respuestas de fuerzas de seguridad que terminaron con 15 muertos.

A continuación, el comunicado de la OEA:

«La Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) respalda, suscribe y hace suyas las investigaciones y conclusiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre violaciones de derechos humanos en Chile. Especialmente deploramos las muertes, tanto las que se han dado por el exceso y la desproporción del uso de la fuerza por parte del Estado, como las que han ocurrido en el marco de los saqueos. Es imperativo el más pronto restablecimiento de patrones del más pleno respeto a los derechos humanos. Saludamos la apertura del Gobierno chileno de invitar a las Organizaciones internacionales de derechos humanos a visitar Chile y evaluar la situación. Es esencial contemplar la legitimidad de los reclamos de la población y fortalecer las políticas sociales, como ha comenzado a hacerse. Es también esencial fortalecer el diálogo institucional, político y social para los efectos de canalizar las mejores y más necesarias soluciones.

Pero es, asimismo, fundamental el restablecimiento de la paz pública. Es tarea fundamental del Estado asegurar las más plenas garantías constitucionales, así como el orden público. El Estado nunca debe ceder ante la violencia en el marco del Estado de derecho democrático; ceder ante la violencia o la criminalidad sería dejar de garantizar ese propio Estado de Derecho democrático, el orden público y las garantías fundamentales.

Los vientos bolivarianos de Simón Bolívar trajeron libertad e independencia a nuestros pueblos; las brisas del régimen bolivariano impulsadas por el madurismo y el régimen cubano traen violencia, saqueos, destrucción y un propósito político de atacar directamente el sistema democrático y tratar de forzar interrupciones en los mandatos constitucionales. Los intentos que hemos visto documentados en Ecuador y Colombia, vemos hoy repetido ese patrón en Chile. La polarización, el odio, la violencia, las malas prácticas, las políticas de violación sistemática de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad con que las dictaduras impregnaron a nuestros sistemas políticos deben ser erradicadas y aisladas, vengan de donde vengan. Es entonces imprescindible aislar los focos de violencia que tienen su origen en esfuerzos externos e internos de desestabilización institucional.

Los ataques a la democracia deben ser condenados en todo caso y debe asegurarse el sistema político que los mandatos constitucionales otorgados por el pueblo deben ser siempre respetados.»