Fuentes de la Inteligencia de Chile revelaron la participación de ciudadanos de Cuba y Venezuela en las protestas del país suramericano; siendo esto una muestra más de la participación de la ideología izquierdista en las acciones de desestabilización de la región. Lo mismo ocurrió en Ecuador.
El periódico chileno, La Tercera, develó que lo que antes era un secreto y una especulación, ahora es una afirmación: Ciudadanos extranjeros participaron en los ataques al Metro de Santiago, donde 118 estaciones resultaron afectadas.
Las fuentes de la Policía explicaron que habrían indicadores de que grupos organizados actuaron, para atentar contra las instalaciones del medio de transporte, en medio de las manifestaciones que se desataron en Chile tras el anuncio del presidente Sebastián Piñera de incrementar el costo del servicio.
«Las mismas fuentes, apuntan al rol de extranjeros en las manifestaciones violentas, cuyo origen es venezolano y cubano. Sobre ellos, se está chequeando una posible vinculación con los servicios secretos de esos países. Además, se hace seguimiento de otros extranjeros que habrían participado de estos hechos”, indicó La Tercera.
Los especialistas de la Inteligencia explicaron que los ataques a las estaciones incendiadas se registraron, casi, de forma simultánea; lo que demostraría que se trató de un evento planificado y consensuado con premeditación.
Asimismo, dijeron que fueron atacadas “zonas estratégicas” y para iniciar el fuego se tuvieron que utilizar recursos de “difícil acceso en el mercado”.
Ricardo Lagos, expresidente chileno, había manifestado que los incendios en las diferentes líneas del Metro fueron causados con “sustancias aceleradoras que en Chile no hay”.
No es la primera vez que se hace una acusación de este tipo. El pasado 11 de octubre, Lenin Moreno, presidente de Ecuador confirmó que las manifestaciones en su territorio estuvieron influenciadas por miembros de la guerrilla FARC y por el chavismo venezolano.
Es importante recordar las declaraciones de Diosdado Cabello, primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), quien alertó que lo que está pasando en Ecuador podría repetirse en Colombia y otros países de Latinoamérica. Esto fue tomado como una especie de advertencia sobre los hechos de violencia que se estarían suscitando en el hemisferio. Justamente en países donde hay gobiernos democráticos.
La semana pasada, el comisionado presidencial para las Relaciones Exteriores de Juan Guaidó, Julio Borges, ofreció una rueda de prensa “para presentar las pruebas de la desestabilización regional que impulsa Nicolás Maduro y el régimen cubano”.
Durante su ponencia, Borges demostró como en Costa Rica, Argentina, Ecuador, Chile y Colombia han arribado personas vinculadas con Nicolás Maduro, con la intención de estructurar revueltas para desestabilizar a los Gobiernos democráticos de dichas naciones.
El director ejecutivo del Centro para una Sociedad Libre y Segura, Joseph Humire, indicó que, a su juicio, “la migración venezolana está siendo utilizada como un arma de guerra de cuarta generación”, para atentar contra la seguridad de la región.
Motivado a esto, destacó que resulta imperativo que los Gobiernos democráticos tomen cartas sobre el asunto y sancionen, también a los aliados de Nicolás Maduro.