Corrían los años Sesenta, y la dictadura Castro comunista se había establecido en Cuba, cuando ocurrieron 5 hechos que marcarían la historia democrática de Venezuela.
El 26 de junio de 1961 se levantó en Armas el cuartel Pedro María Freites en la ciudad de Barcelona, promovido por Fidel Castro, siendo el primer levantamiento militar en contra de Rómulo Betancourt presidente legítimo de Venezuela, este movimiento denominado el Barcelonazo, fue derrotado por el ejército Venezolano. Sin embargo esto no quedaría aquí…
El 4 de Mayo de 1962 en el oriente del pais se alzó un grupo de militares de izquierda con apoyo cubano en el movimiento que se denominó El Carupanazo, con la intención de derrocar a Betancourt.
Este movimiento militar tambien fue sofocado por el ejército Venezolano con la operación denominada Tenazas y fueron apresados los responsables. Para tan Solo meses después, el 2 de junio del mismo año, ocurriera el famoso Porteñazo, otro levantamiento militar auspiciado por Fidel.
En esta oportunidad fue la base naval Agustín Armario ubicada en la ciudad de Puerto Cabello quien se levantó en armas y nuevamente fue derrotado militarmente.
Rómulo derrota a Fidel en estos tres movimientos militares, que tienen su origen en la ambición del dictador cubano de tomar las riquezas petroleras de Venezuela, con la intención de extender su modelo marxista-leninista a la recién democracia venezolana y por supuesto a toda la región latinoamericana.
Después de la visita de Fidel Castro a Venezuela el 23 de Enero de 1959, Rómulo Betancourt advierte el peligro que representa el dictador cubano para Venezuela, toda vez que le fue negado el préstamo para compra de petróleo Venezolano, además de la posición contraria de Fidel a realizar elecciones libres y democráticas en Cuba. Y es lógico pensarlo así, pues el comunismo que promulgaba, fundamenta su ideología en la lucha de clases sociales y requiere la aniquilación total del enemigo, una gran similitud a la ideologia hitleriana.
Fidel siempre al acecho , fomenta, el 29 de septiembre de 1963, el Asalto al tren del Encanto, en la población Mirandina de los Teques, liderizada por Guillermo García Ponce (futuro jerarca chavista) con la intención de robar armamento para dirigirlo hacia Caracas y continuar la desestabilización del gobierno de Rómulo Betancourt. Nuevamente fue enfrentado militarmente y el asalto fue controlado.
Mientras la dictadura en Cuba se profundizaba, violando los derechos humanos más elementales, en Venezuela la naciente democracia elige a otro líder Adeco, Raúl Leoni y se promovía los principios básicos de Trabajo, Igualdad, Justicia y Libertad, como reza el himno de su partido. Es por esto que las ideas de Fidel, jamás serían aceptadas por los líderes Adecos.
Así el 8 de mayo de 1967 guerrilleros y espías cubanos desembarcan en Machurucuto, con la misión de entrenar la guerrilla que se encontraba en los Andes Venezolanos y derrocar al ahora presidente Raúl Leoni. Nuevamente el ejército Venezolano controló militarmente la invasión cubana.
Lamentablemente para el futuro del país, el Dr. Rafael Caldera, primero en 1969, perdona a los guerrilleros y asesinos de la década de los sesenta y luego en 1994, en su segundo periodo presidencial, libera e indulta a quien sería el único y verdadero traidor de la Patria, Hugo Chávez Frías, quien gana las elecciones e inmediatamente le abre las puertas a la invasión cubana, entregándole todas las riquezas del país al Hitler Latinoamericano, Fidel Castro
Ya tomada Venezuela, se inicia la expansión hacia latinoamerica del modelo marxista-leninista de Fidel, llamado Socialismo del siglo XXI, y se financia candidaturas de comunistas para tomar los gobiernos de los principales países latinoamericanos. Basta recordar a Néstor Kirchner y su esposa Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, Ignacio Lula da Silva en Brasil, Michelle Bachelet en Chile, Evo Morales en Bolivia, Rafaél Correa en Ecuador, Ollanta Humala en Perú y José «Pepe» Mújica en Uruguay. Además de los candidatos centroamericanos Mauricio Funes en El Salvador, Manuel Zelaya en Honduras y Daniel Ortega en Nicaragua. La mayoría de ellos envueltos en actos de corrupción que originaron un escándalo en la región.
Esto trajo como consecuencia la caída de los principales presidentes comunistas y la recuperación de la democracia en la mayoria de los países latinoamericanos, con excepción de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, donde se establecieron sendas Dictaduras criminales, con establecimiento del narcotráfico y el terrorismo.
Desde estos países, específicamente Cuba y la Venezuela invadida, se inició un plan estratégico para desestabilizar nuevamente a la región, Plan concebido desde el Foro de Sao Paulo, llamado por algunos «brisas bolivarianas» pero que realmente son tormentas criminales.
Se ha iniciado en Latinoamerica una nueva forma de guerra, auspiciado por el capitalismo mafioso de Rusia y China, un modelo moderno de capitalismo sin libertad, sin democracia, ni respeto a los derechos humanos.
«Una nación que olvida su pasado no tiene futuro» decía Winston Churchill
Solo queda recordar nuestra Historia, donde líderes políticos como Betancourt y Leoni enfrentaron con armas la invasión extranjera. No se puede tratar como políticos a quienes son criminales terroristas y narcotraficantes.
Nuevamente recordando a Winston Churchill, quien fuese el líder en el enfrentamiento bélico más doloroso de la historia de la humanidad y quién sin vacilar le dijera a Chamberlain y otros líderes timoratos: » Se te ofreció poder elegir entre la deshonra y la guerra, elegiste la deshonra, pero también tendrás la guerra».
No se puede continuar pensando en soluciones diplomáticas, cuando tú enemigo causa estragos sociales y económicos que devastan nuestros países, cómo hoy ocurre en Ecuador y Chile. Es enfrentar un Cáncer, usando solo aspirina.
Hoy los mandatarios latinoamericanos tienen la potestad de activar el «tratado interamericano de asistencia recíproca» (TIAR) y juntos combatir militarmente a las dictaduras de Cuba y Venezuela, en apoyo a lo ya planteado por el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica.
«Si uno no quiere luchar por el bien cuando puede ganar fácilmente sin derramamiento de sangre, si no quiere luchar cuando la victoria es casi segura y no supone demasiado esfuerzo, es posible que llegue el momento en el que se vea obligado a luchar cuando tiene todas las de perder y una posibilidad precaria de supervivencia. Incluso puede pasar algo peor: que uno tenga que luchar cuando no tiene ninguna esperanza de ganar, porque es preferible morir que vivir esclavizados».
Winston Churchill