A pesar que el propio Hugo Chávez rompió toda cooperación en el 2005 con la DEA por las labores de investigación e inteligencia que venía llevando a cabo este organismo en nuestro país, el régimen de Nicolás Maduro siempre permaneció en la mira y ha sido monitoreado constantemente por su incursión en el narcotráfico y el lavado de dinero y por las amplias oportunidades que el régimen se permitió como plataforma de salida de los narcóticos provenientes de Colombia y Bolivia y por los abusos financieros que destruyeron la economía del país.
El último informe de la DEA subraya que la proximidad a los países productores de drogas, su condición como país de tránsito, la falta de voluntad política de supervisión y ejecución del régimen de Maduro, siempre cerrado a cualquier cooperación bilateral, combinado con una economía inestable y la corrupción endémica, hicieron de Venezuela un foco vulnerable al lavado de dinero y los delitos financieros, debido a las distorsiones y controles alterados que aún hoy intentan desangrar lo poco que queda del sistema económico formal.
Desde 2003 el régimen de Chávez obligó un estricto régimen de control de divisas. Todas las empresas e individuos del sector privado debían solicitar la autorización de una comisión monetaria operada por el gobierno para comprar divisas para el pago de sus importaciones y para otros usos aprobados (por ejemplo, viajes al extranjero). Desmonta la DEA que prácticamente todos los dólares lavados a través del sistema financiero formal de Venezuela desde entonces pasaron por la comisión monetaria del gobierno, es decir, el Banco Central u otra agencia gubernamental.
Señala el informe que el control de divisas y los estrictos controles de precios se prestaron para la manipulación y el arbitraje de bienes, pero también obligaron a muchos de estos empresarios y comerciantes legítimos a participar ilegalmente en el sistema para obtener acceso a las divisas extranjeras, limitadas estrechamente por el Estado forajido que facilitó como alternativa el lavado de dinero ante un enjambre siempre dispuesto a colaborar con la destrucción del país a cambio de su participación en un mercado negro robusto y gigantesco que aún sigue funcionando en la álgida frontera colombo venezolana, bajo el control de las FARC y el ELN.
El 03 de mayo de 2019 la Red Contra Delitos Financieros, FinCEN por sus siglas en inglés, emitió un actualizado “Aviso sobre la corrupción pública generalizada en Venezuela”, advirtiendo contra los continuos intentos corruptos que existen en el país con el propósito de robar, ocultar o lavar dinero. En el “Notice” declaró que todas las agencias del gobierno venezolano y empresas estatales eran vulnerables a la corrupción pública y el lavado de dinero.
Solicitó a las instituciones financieras de Estados Unidos que evitaran que los ingresos ilícitos vinculados a la corrupción pública venezolana se moviera a través de los EE. UU.
“Los corruptos allegados a Maduro continúan buscando flujos de fondos ilícitos, incluso mientras el pueblo y la economía venezolanos se hunden cada vez más en la desesperación. Estamos alertando a las instituciones financieras de que el régimen de Maduro está utilizando esquemas sofisticados, como el desvío de la ayuda humanitaria, para evadir sanciones y mantener su control sobre el poder”, declaró Sigal Mandelker, Subsecretaria del Tesoro a cargo de Terrorismo e Inteligencia Financiera.
Enfatizó que la comunidad financiera internacional debe estar atenta para evitar la explotación a manos de los corruptos allegados al régimen catalogados como terroristas financieros, tanto a ellos como a quienes los habilitan, incluyendo las empresas de fachada o fantasma e instituciones financieras extranjeras que continúan sosteniendo el régimen ilegítimo que lidera Maduro.
El director del FinCen, Kenneth Blanco, concluyó a propósito del informe de la DEA, que los venezolanos están siendo victimizados por el régimen ilegítimo de Maduro, sus socios y aliados, quienes están matando de hambre al pueblo venezolano, privándolos de atención médica y usándolos para satisfacer el deseo del régimen de acumular dinero y poder.
“El pueblo venezolano está sufriendo una tragedia épica de proporciones raras, nunca vistas en el hemisferio occidental debido a la codicia y la corrupción del régimen ilegítimo de Maduro. Estados Unidos no permitirá que se abuse de nuestro sistema financiero para beneficio de cleptócratas extranjeros que tratan de esconder sus fortunas secretas, y comprar casas, yates y aviones en los Estados Unidos, así como generar cada vez más riqueza para los propósitos inhumanos del régimen de Maduro. Este dinero pertenece legítimamente al pueblo de Venezuela. FinCEN y sus aliados en las instituciones financieras continuarán colaborando para cortar el flujo de dinero sucio”.
El FinCen impulsó las primeras acciones legales de los EEUU contra funcionarios del régimen, familiares y ciudadanos que fungían como sus testaferros dentro del sistema financiero norteamericano relacionadas con el lavado de dinero.
Desde el 2017 el Departamento de Estado viene alertando que el lavado de dinero no solo sostiene el “Estado forajido”, se ha extendido en varias áreas del país, incluidos banca comercial, bienes raíces, agricultura, ganadería, valores, metales, industria del petróleo y minería, todos con amplios intercambios de divisas con la cúpula en el poder.
Devela el FinCen que uno de estos esquemas están basados en el comercio, una variación del intercambio de pesos en el mercado negro, involucra a narcotraficantes que proporcionan dólares generados por narcóticos desde Estados Unidos a contrabandistas comerciales, agentes de viajes, inversionistas y otros en Colombia a cambio de pesos colombianos.
A su vez, esos pesos colombianos se intercambian por bolívares venezolanos al tipo de cambio paralelo y se utilizan para recomprar dólares a través del régimen de control de moneda de Venezuela a tipos de cambio oficiales mucho más fuertes.
En Brasil, Bolivia y Paraguay aparecieron varias incautaciones de grandes cantidades de bolívares ya sin valor alguno que pueden estar relacionadas con el tráfico de drogas, las estafas de cambio de moneda y los esquemas de falsificación del euro y el dólar estadounidense.
Un enorme delito financiero a gran escala del que aún se desconocen sus verdaderas consecuencias internacionales.
@damasojimenez