Estos últimos tiempos, hemos conocido expresiones xenófobas en varios países de Latinoamérica. Los venezolanos, por su actual crisis económica y política, la han padecido a extremos; una desgracia, derivada de un régimen nefasto.
La Xenofobia, como manifestación, es una reminiscencia de vuelta a la tribu, de tiempos ancestrales; el miedo a la naturaleza y a lo extraño, fortaleció ese sentido de pertenencia y agrupamiento defensivo. Así, el «otro» se consideraba enemigo.
Europa ha tenido mucha historia de movimientos y guerras xenofobas; incluso, de origen religioso. No es el caso de América. Un continente nuevo, formado de migraciones, muy poco encaje ha tenido la xenofobia en nosotros; por lo menos, no en los grados europeos.
Pero, no deja de ser la xenofobia un recurso de políticos populistas de baja ralea que, en su ambición manipulan este sentimiento primitivo, para obtener imagen y hasta poder.
La Xenofobia es una negación civilizatoria; un retroceso cultural. Es una enfermedad del cuerpo social y del espíritu humano. Es la salida sugerida desde los rastrojos culturales.
Puede decirse que los mas grandes saltos civilizatorios de la humanidad, están precedidos de migraciones; de encuentros, choques y fusiones culturales.
La solución a muchos de los problemas que las migraciones forzadas ocasionaban en Europa, durante la I y II Guerra Mundial, encontraron solución derrotando , en gran medida a la Xenofobia; así como a los regímenes dictatoriales que perseguian y asesinaban a los ciudadanos.
Hoy, el mejor aporte que los Estados y gobiernos de América pueden hacer a nuestro país, es contribuir a salir de éste régimen; de esta maquina de pobreza que detenta el poder. Los venezolanos no hemos sido una población migratoria; por el contrario, hemos sido receptores abiertos de otros paises y de sus culturas. Queremos a nuestro país y no deseamos generar inconvenientes en otros países; sólo la necesidad de sobrevivir los llevó a ésta situación.
La solución a la crisis migratoria, pasa por derrotar este régimen, no persiguiendo a nuestros migrantes.