La Administración del presidente Donald Trump ampliará a partir de este martes el poder del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para acelerar la deportación de inmigrantes indocumentados, a fin de concretar el proceso sin necesidad de jueces de inmigración.
Los funcionarios consideran la nueva estrategia, que entrará en vigencia de inmediato, como una “respuesta necesaria” a la afluencia de centroamericanos y otros en la frontera sur, reportó The Washington Post.
El objetivo es deportar al mayor número de indocumentados y despresurizar los centros de retención, por lo cual se enfocarán en inmigrantes que lograron su ingreso a los Estados Unidos, pero no tienen un caso de asilo o una fecha pendiente en alguna corte de inmigración.
“La implementación de medidas adicionales es una respuesta necesaria para el crisis migratoria en curso”, dijo el secretario interino del DHS, Kevin McAleenan, además de confirmar que la nueva regla entraría en vigencia inmediatamente después de su publicación en el Registro Federal, que está programado para este martes.
Esta regla aplicaba a los inmigrantes que eran capturados dentro de las 100 millas de la frontera y han permanecido en el país menos de dos semana.
La nueva regla se aplicaría a los inmigrantes en cualquier lugar de los Estados Unidos que hayan estado en el país por menos de dos años, respetando un límite de tiempo incluido en la ley federal de 1996 que autorizó el proceso acelerado.
Este proceso que podría afectar a unos 300,000 indocumentados que viven en los Estados Unidos, según Think Progress.
“Hay excepciones para los niños migrantes no acompañados y para aquellos que expresan un temor creíble de regresar a sus países de origen”, indica el portal.